viernes, 5 de agosto de 2016

Flotar

Flotar en el agua, dejarse llevar aunque sólo sea un minuto por el vaivén caprichoso de la marea. Apagar los prejuicios y contemplar a los sentidos confundidos por el líquido envolvente. Volver al útero materno, al tiempo que no existe en el recuerdo, al vacío del mundo por estrenar. Ese es hoy mi presente y mi anhelo: tocar con los dedos el borde del mar.

3 comentarios:

Marcos dijo...

Sin duda el mar encierra en sí la maternidad, porque alli se origino la vida.

José A. García dijo...

¿Cuáles son los bordes del mar y su manía por vivir en constante movimiento?

Saludos,

J.

Mamen Orcero dijo...

Hola Marcos, hola José A.
En primer lugar, gracias a los dos por comentar y disculpad mi tardanza. Me he acostumbrado a que los comentarios del blog se hagan en facebook y a veces tardo en entrar por aquí.
El mar para mí, Marcos, es tan importante y le tengo tanto respeto, que sí creo que debe de haber algo de maternidad o al menos algo que se nos queda en los genes a los que durante generaciones hemos nacido en su orilla. Yo no podría vivir sin él.
Para mí los bordes del mar están en la tierra en la que vivo, José A., en la arena blanca que de pronto se moja con el envite de una ola, ahí en ese filo entre los dos elementos. Me encanta tocarla con los dedos. Me hace sentir que sé quién soy.
Muchos besos a los dos y feliz verano.

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