miércoles, 31 de octubre de 2012

Los disfraces de Halloween

A mi me vais a perdonar pero yo sigo sin ver la fiesta esta del halloween.
Y mira que yo soy muy de fiestas, ¿eh?, que no se diga. Pienso que mientras la gente se divierta y durante un rato se vayan de la cabeza los problemas y los malos rollos, todo sea bienvenido. Pero es que, claro, hay que tener en cuenta que esta tradición no es nuestra y que aunque intentemos adaptarnos, pues no puede ser.
Hay algo en los festejos populares a lo que le ocurre como a los acentos. Si tú no eres de Despeñaperros para arriba, tío, no te pongas fino que no das en el clavo ni con una ese. Si por el contrario, no eres andaluz, no lo intentes a la desesperada con la "h" aspirada porque además de parecer una telenovela mala, te van a salir a relucir expresiones como "me tienes toda jarta" que con ese "toda" completo, huele a fraude desde lejos. Pues con el halloween este pasa igual. 
Ahora mismo estaba yo en la ventana viendo pasar a los grupos de chiquillos disfrazados para el evento. Ellos iban bien, claro, primero porque los niños con poco que les hagas están siempre graciosos y porque además teniendo como tenemos al alcance de la mano las grandes superficies y las tiendas Disney donde se importa todo, pues podrían parecer de alguna población de Dakota del Norte, con sus disfraces terroríficos y sus calabazas en la mano. Pero con ellos iban los padres haciendo pandilla. Los crios eran pequeños y de momento me da a mi que no les queda otra. Se ve que por aquello de participar de la fiesta o quizás por eso de que los padres nos volvemos locos por mantener la ilusión de los hijos, iban también disfrazados. Y ahí ya no, ya  la cosa no es igual.
Mira que si hay un sitio en el mundo donde la gente sabe ponerse un disfraz es en Cádiz. No tengo ni que decir que vas en febrero por la calle y seguro que acabas riéndote aunque no te emocione el Carnaval. Está claro que en esta tierra hay mucha gente con arte para darle una vuelta a la parodia y al descaro. Pero en halloween no, mire usted, en el halloween la gente no va bien.( Me refiero, claro, a los halloweeneros callejeros, a los de a pie porque en las fiestas temáticas evidentemente las cosas cambian y hay disfraces de cine).
Yo creo que el tema es que es una fiesta muy triste. En Carnavales se tira de humor y eso cautiva enseguida. Ver a un tío vestido de taza del váter usando de sombrero la cisterna, de tableta de chocolate o de Rajoy pronunciando un discurso tiene su punto, pero qué quieres que te diga, un señor con una careta blanca o con la chaqueta negra del luto antiguo, a mí no me dice nada.
Aquí en mi plazoleta, de pronto han empezado a sonar los petardos (serán los que quedaron del último mundial que ganó La Roja) a los que los niños que ya empiezan a no serlo, han recurrido para darle un poquito de vidilla a esta fiesta, un esbozo de marcha a esta cosa tan lúgubre en la que nos han introducido a la fuerza. Así que aquí estoy, no sé si en Estados Unidos o en las Fallas de Valencia. 
En fin, señores, Feliz hallo...lo que sea, que ustedes los asusten bien y sobre todo...que se diviertan.

sábado, 27 de octubre de 2012

Cambio de hora

El tiempo...que vuelve implacable a recordarnos con un detalle cómo de rápido pasa la vida.Ya estamos otra vez en el cambio de hora. 
Reconozco que este es el cambio que llevo peor. A pesar de que con él logremos ganarle una hora de batalla al girar del cronómetro, no me gusta pensar que a partir de mañana oscurecerá antes y que el invierno está esperando detrás del sendero para cubrir el bosque del cuento infantil. 
Sé que esta estación tiene también su puntito, su momento mágico que huele a café y nos deja tacto de mantita suave. Lo que ocurre es que a mí me encanta el verano, el buen tiempo de mi Cádiz y el aire mágico que se queda al caer la noche por este lugar, cuando la brisa del mar despeja el calor del día y da gusto pasear las calles y recoger los restos de playa.
Pero bueno, esto es en esencia la vida, un conteo de minutos que según las circunstancias unas veces nos saben a leves segundos y otras nos resultan tediosos como las horas; un tic tac que se acompasa con el corazón y que si ponemos oído, nos recuerda que estamos vivos.
Feliz invierno a todos y no os olvidéis, esta noche, de hacerle un guiño al reloj. 

lunes, 22 de octubre de 2012

El número áureo

Aquí estoy, como se dice en Cádiz, más "perdía" que el barco del arroz.
Llevo toda la tarde dándole vueltas a la dichosa tarea de matemáticas. Pongo empeño porque el chiquillo (mi hijo) necesita ayuda, pero tengo que reconocer que cuando llegan las dudas con esta asignatura, me empiezan a entrar sudores nada más que de pensar, primero, cómo me explico a mí misma lo que después tengo que transmitirle a él en lenguaje sencillo.
Bueno, esto que he dicho es ya en sí una tontería porque lo de que tengo que traducir a lenguaje sencillo ha quedado aquí muy bien, muy como de madre moderna, pero realmente tengo que decir, ahora que nadie me escucha, que cuando busco la información en internet, más de una vez he colocado detrás de la pregunta en cuestión una coletilla que dice "explicado para niños", sintiéndome de alguna manera depravada y mentirosa como la protagonista de aquella cancioncilla pegadiza...♫que la detengan...que es una mentirosa...♫....Perdón, perdón, que pierdo el hilo...
Bueno, como decía, hoy he tenido que usar ese recurso del "explicado versión torpes" porque es que la pregunta del millón ha sido: mamá ¿qué es el número áureo?
No me digáis, listos que sois todos unos listos, que la pregunta no era para decir eso del "ay omá y ¿ahora qué hago?". Porque a mí era para verme la cara.
Claro, yo enseguida tiro de la literatura y lo primero que me viene a la cabeza es Dan Brown, el Código da Vinci y hasta a Tom Hanks he visto, corriendo por París en la película. Pero, vamos, de eso a que yo pueda explicarle algo que le sirva al pobre chaval...vamos, ni de broma.
Inmediatamente después del choque emocional viene internet. Yo pensé: seguro que ahora encuentro a un alma caritativa que me lo explica todo estupendamente. Pues no había manera. Y mira que con eso de lo  de "para niños" encontré hasta un vídeo denominado "El número de oro explicado por el Pato Donald", pero que no, que ni aunque viniera Walt Disney directamente del Polo Norte donde dicen que vive, era capaz el hombre de hacerme entender aquello.
Cuando ya voy medio encarrilando una explicación más o menos entendible, va el niño y me dice: pues ahora tengo que hacer un ejercicio en el que tengo que medir un rectángulo áureo. 
Ahí, tengo que reconocerlo, fue cuando me acordé, directamente y en términos un poco soeces, de la madre de Leonardo y del padre del Hombre de Vitrubio.
 ¿Rectángulo áureo, niño? Pero, vamos a ver (léase con nerviosismo y voz temblona) ¿a tí esto no te lo ha explicado el maestro? 
¡Ay! Con lo bien que quedo cuando toca comentario de texto...

jueves, 18 de octubre de 2012

Llamada a larga distancia

¡Ringggg! ¿Ringggg!
-Sí, dígame. (Imagínese en austriaco, pero lo he traducido para facilitar la lectura)
-Mira, ¿eres Felix, pero el Felix ese con apellido tan raro que se ha tirado desde la estratosfera?
-Sí, señora, soy yo...dígame. Supongo que habrá llamado Ud. para felicitarme por la hazaña. Muy bien, pues muchas gracias. Le dejo que estoy muy ocupado atendiendo a los medios de comunicación.
-Pues mira no, no te he llamado para felicitarte. Te he llamado para decirte que me parece que lo que tú has hecho es una tontería, vamos lo que aquí en España llamamos una gilipollez.
»Porque, vamos a ver, guapo, ¿qué es lo que has conseguido tú haciendo lo que has hecho? ¿Has salvado la vida a alguien?, No. ¿Has contribuido a que avance la ciencia? "Pos" yo creo que tampoco, eso sí a no ser que sea útil para el ser humano saber que cayendo de la estratosfera a mil kilómetros por hora los ojos no se te van a salir de la órbita, información muy útil y digna de tener en cuenta cuando vayamos a hacer lo mismo que tú el próximo puente que no tengan colegio los niños.
-Pues mi madre está muy orgullosa de mí- responde Felix un poco achantado.
-¿Orgullosa? ¿orgullosa está tu madre? lo que está es deseando cogerte cuando no haya prensa y de la colleja no te libra ni San Judas Tadeo. Vamos, no me quiero yo imaginar el sofocón de esa mujer cuando te vio allí arriba, metido en esa lavadora y cayendo a lo loco.
»¡Y el dinero que ha costado la gracia! No me caben en la cabeza la cantidad de millones que se han gastado los de Red Bull para darte las alas. No te da vergüenza, con la de criaturitas que hay pasando hambre.
Mira Felix, que no, que esto que tu has hecho es una tontería en mi tierra y supongo que también en la tuya, lo que pasa es que tú te has ido a buscar a los americanos que les gustan mucho esos meneos y ¡venga! "pa" el espacio exterior, como se dice ahora, "sin mieo".
»Pues yo tenía que decírtelo Felix, que estoy muy "enfadá". Que está la vida mu achuchá y hay mucha crisis para gastarse el dinero en cosas que no sirven "pa na".
-Bueno, señora, tengo que dejarla, adiós y gracias por su opinión.
-Adiós Felix, hasta otro día y ...no le des más disgustos a tu madre, la pobre.
Colgó el teléfono y suspiró profundamente. Ella que era mucho de pensar que las cosas hay que decirlas a la cara, volvió a enchufar la plancha y puso más alta la tele para ver el programa de Jorge Javier.
Solamente volvió a pensar en Felix un minuto más, el tiempo justo de atusarse el pelo coqueta mientras pensaba en voz alta:
- ¡Ay por Dios...qué tranquila me he quedao!

lunes, 15 de octubre de 2012

Misión Olvido

La última novela que hemos leído y comentado en mi club de amigas ha sido "Misión olvido".
Creo que nos lanzamos a ella con avidez y con la tranquilidad de saber que íbamos a pasar un buen rato, sobre todo por el aval que nos proporcionaba haber leído ya otro éxito de la misma autora: "El tiempo entre costuras".
Pero tengo que decir que esta vez, al contrario de lo que ocurrió en la ocasión anterior, no hubo unanimidad y no nos ha gustado la obra a todas por igual.
Hubo una parte minoritaria que terminó la novela casi sin reservas ni reproches, y que se habían reencontrado con la escritora magnífica a la que ya conocíamos. Pero, curiosamente, la gran mayoría íbamos sin saberlo a la merienda con la misma idea, sintiendo que la historia se nos quedaba esta vez un poco "floja".
Nadie puso en duda en ningún momento que leer a María Dueñas es una delicia. Su prosa es elegante a la vez que sencilla y la verdad es que da gusto ir pasando las páginas para recrearse en la musicalidad de las palabras. En cambio, todas llegamos a la conclusión de que hay momentos concretos en que la historia se ralentiza. 
Pero sobre todo, el escollo fundamental que hemos encontrado al leerla, y me incluyo en esta opinión, es que la trama central de la historia parece estar un poco "inflada". Yo tuve la impresión de que era el momento de publicar este libro antes de que se apagaran las voces del éxito anterior, y la autora se ha visto forzada a sacar del horno un argumento humeante que a pesar del olor a especias que hacía soñar con un plato delicioso, éste no estaba del todo cocido y faltaba un poquito para hacerse por dentro.
Todos los que hemos rondado alguna vez por los ambientes universitarios sabemos que un becario es un ser que no tiene voz ni voto. Estás pero nadie te ve, trabajas pero nunca firmas ningún artículo ni recoges el fruto  del esfuerzo y la investigación. Por eso, la que más y la que menos no entendía ese nudo central sobre el que en un momento determinado da vueltas y vueltas el asunto, porque es absurdo por el papel que tiene encomendado la protagonista, esos enfados ni esos aspavientos. Es verdad que es una novela y que hay que darle un poquito de "licencia literaria", pero me gustan que las historias sean creíbles y en este caso,  a mí personalmente y a algunas de mis amigas (es nuestra humilde opinión) no nos lo ha parecido. Debe ser que este club se está volviendo muy exigente. 
¡Temblad, escritores!
Próxima lectura para diciembre: "Las horas distantes" de Kate Morton

viernes, 12 de octubre de 2012

Entretenimiento



En el siglo XVI, reinando Felipe III, en las plazas de los pueblos podía verse escrito este bando del monarca prohibiendo el uso del tabaco. En cambio, es curioso que en Rusia, un poco más tarde, en 1710, Pedro el Grande, empeñado en que su país se occidentalizara, alentó en la corte el uso del tabaco para asemejarse en costumbres a las cortes europeas. 
Eran tiempos en que los monarcas decidían con respecto a la salud, las costumbres y las leyes....Como siempre, volver al pasado es alucinante.

miércoles, 10 de octubre de 2012

La reunión del cole

El lunes estuve en la reunión del colegio donde estudia mi hijo. El Centro tiene la sana costumbre de convocar a los padres a principio de curso y hacer una presentación formal de los profesores que van a darles clase, de los tutores que atenderán nuestras preguntas y, en general, de la dinámica diaria y las novedades de la etapa que empieza.
Primero estuvimos cada cual en la clase que nos correspondía, viendo con nuestra propia perspectiva el lugar exacto donde nuestros hijos pasan las horas y amasan la vida fuera de casa, esa vida que están empezando a estrenar con conceptos nuevos, con cambios de vocabulario e incluso de voz; y luego, agrupados por ciclos, nos estuvieron hablando de normas de convivencia y exigencias curriculares.
Mi marido, que por circunstancias laborales no puede acudir a menudo a esas citas, se quedó en algunos momentos prendido del escenario que nos rodeaba y no pudo evitar comentarme en voz baja cómo de distinto era el recuerdo que él tenía de lo que había sido su etapa de colegio.
Y es que la verdad, esas clases con pizarras digitales en las que el profesor puede utilizar miles de recursos audiovisuales para captar la atención, esos ordenadores personales con los que los alumnos trabajan utilizando internet que ya no es el futuro sino el presente...todo contribuye a hacer del colegio una ventana abierta al mundo, desde cuyo pretil los profesores tienen la dura tarea de irles enseñando a conjugar verbos, a despejar los paréntesis, a participar en un blog y a ser solidarios.
Por todo eso, me da mucha pena oír hablar de recortes en la educación, me duele saber que empieza a darse marcha atrás, y que todo este esfuerzo que ha costado ponerse al día y convencer tanto a maestros como a padres que eran reticentes a la modernidad, va a quedar en aguas de borrajas, cuando sólo hay que tener un poco de interés en las noticias para ver que en eso de que la educación en nuestro país es malísima y el nivel muy bajo hay mucho de desánimo y no poco de mito, y que Andalucía está dando al mundo importantes avances en Investigación a los que no se les hace nunca la suficiente propaganda.
Pues yo tengo que decir que a mí me gusta el "cole" en el que ya termina la primaria mi hijo. En él los niños tienen un aspecto mentalmente muy sano. Es un lugar abierto, donde siempre cuentan con la colaboración de los padres y donde los que se van, siempre vuelven.
Ojalá la crisis se arregle tan pronto que no de tiempo a que se estropee todo. Ojalá no tengan que pagar con su futuro los platos rotos de otros.
Desde aquí, va mi agradecimiento a la Comunidad Educativa del Colegio en el que estudia mi hijo por el interés compartido en hacerlo crecer como ser humano. Como dice la canción ellos "y mi canto saben a quien nombro tanto".

viernes, 5 de octubre de 2012

El que hace la ley...


Yo entiendo que la ley la aplican personas. Y las personas, por el mero hecho de serlo, estamos influenciados por tantísimos motivos y tan variadas circunstancias, que a pesar del daño que puedan hacer, creo que todos podemos entender que la subjetividad influya en una decisión judicial.
Por otra parte, es innegable que el dinero sí compra la felicidad, sobre eso no creo que haya nadie que tenga la menor duda, y es evidente que no te va a dedicar el mismo número de horas un abogado de oficio que uno al que le alquilas la exclusividad de dedicarse a buscar debajo de las piedras, ese resquicio casi invisible a los ojos humanos, por los que a veces, con un poquito de empuje, cabe la ley o la interpretación que puede hacerse de ésta.
Pero hay cosas que mi mente cuadriculada sigue sin comprender y me gustaría que alguien con conocimientos me las explicase.
En esta misma semana se han cruzado en mi dedicación las noticias dos causas judiciales que me han llamado poderosamente la atención por la discordancia.
Por una parte, llevo toda la semana oyendo hablar de nuevo de la comparecencia en el juicio de la Pantoja, algo que me hastía porque me pone de los nervios ver que hasta un caso de este tipo, cuando eres un personaje mediático, acaba convirtiéndose en una especie de evento glamuroso al que yo no sé si la gente acude para ver a su ídolo esperando que se cante una copla o simplemente para poder después comentar el modelito. En fin, sigo a lo mío, el caso es que poniéndole un poquito de atención a la causa penal, me enteré de que esta señora está imputada por blanqueo continuado de capitales por una suma de 1,8 millones de euros (no me cabe en la cabeza la cifra ni me imagino tanto dinero junto), todo ello derivado de las actividades ilegales que cometía un alcalde. Por ello, la fiscalía pide para la cantante 3,5 años de cárcel.
Bien, yo que no entiendo de leyes, me como la noticia con patatas fritas y pienso que todo está dentro de lo normal en nuestro código penal al uso.
Pero mira por donde, ayer leo con cara de “quedarme muerta”  que la Fiscalía pide 2,5 (en cifras para que lo comparéis fácilmente con la que corresponde a la Pantoja) años de cárcel a un mendigo que robó 10 rollos de papel higiénico en un centro comercial de Vigo.
Tengo que decir que en este caso sí que hay que destacar el “presuntamente”, sobre todo porque jamás lo cogieron con las manos en la masa y la acusación está basada en un “yo juraría que” que pregonan las limpiadoras y los vigilantes de seguridad del centro, porque lo veían a menudo deambulando por los pasillos. El hombre lo niega todo, dice que sólo entraba a afeitarse, pero como para robar los rollos tenía que romper un candado, ya ha cometido “robo con fuerza”, así que, lo dicho, dos años y medios porque aunque no hay pruebas, hay indicios.
Que conste que ni conozco al sin techo (como lo llaman en el periódico) ni pretendo disculpar un robo que por pequeño que sea es un delito. Pero no me negaréis que es alucinante. Hay una diferencia de un año de cárcel entre robar 10 rollos de papel higiénico y 1,8 millones de euros de dinero público, señores, del que pagamos entre todos, usado en apartamentos de superlujo, vida a todo tren y en la educación de Paquirrín. (Bueno, es verdad, en esto no ha sido la mujer muy derrochadora).
Sé, como decía al principio, que la justicia está aplicada por personas, pero creo que los delitos deberían estar tipificados de una manera más lógica. Vamos, digo yo y si no, “juzguen ustedes”.



martes, 2 de octubre de 2012

El perro flaco

Dicen que al perro flaco todo se le vuelven pulgas. Y me parece que éste, como otros muchos refranes, encierra en él una verdad que viene amasada por la experiencia acumulada durante años y años por el pueblo llano, por una parte de la población que no entiende de frases rimbombantes ni análisis complicados, sino que tiene la vista acostumbrada a la tragedia porque son sus huesos maltrechos los que la han sufrido siempre.
Y al perro apaleado en el que se ha convertido este país, ahora han acudido unas pulgas de la peor especie, de las que traen con ellas no sólo la miseria económica o la ruina material, sino la pérdida de vidas humanas que es lo único, como dice otra sabia sentencia, que no tiene solución.
Parece ser que la naturaleza no entiende de malos tiempos, edades ni sentimientos. Un día nos acostamos ajenos, sintiéndonos seguros en nuestras burbujas y a la mañana siguiente o durante la misma madrugada, un torrente de agua y lodo se lleva tus pertenencias, tus sueños o peor aun tu vida.
Este fin de semana las tragedias me han sobrecogido a través de las noticias. Personas muertas, desaparecidas, héroes a los que se ha llevado el agua intentando salvar a otros y desolación, desolación en los rostros de aquellos que siguen vivos pero que han visto perecer bajo el barro de lo inverosímil todo aquello que les costó una vida entera construir con sus manos.
Desde el enorme respeto que me merecen los sentimientos de estos protagonistas en primera persona de una situación que no soy capaz ni siquiera de describir, en cuanto a mi propia conmoción, además de la tristeza y la solidaridad, creo que la más fuerte de las sensaciones es la de la impotencia. 
¿Qué puedo hacer -me pregunto- desde la confortabilidad de mi casa, desde el sofá donde lloro, cómodamente sentada, las desgracias ajenas? Dinero, desafortunadamente no tengo para solucionarle la vida a ninguno de los afectados ni para desplazarme allí a echar una mano. Poder ¿qué poder tengo yo para obligar a nada ni a nadie a hacer las cosas bien, a prever de alguna manera que no se puede construir casas en una calle que se llama "Del arroyo", donde nunca pasó nada mientras Andalucía estaba seca como un cactus del desierto? 
Impotencia y rabia, tristeza y desolación, eso es lo que siento y lo palpo en latir del corazón a cientos de kilómetros del lugar donde se está mascando la tragedia ¿Qué no estarán sufriendo ellos? ¿Cómo podrán sobreponerse a este golpe duro del destino?
Desde aquí mi más sentido pésame y mis mejores deseos. No puedo hacer nada más que eso.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
UA-11714047-1