viernes, 30 de diciembre de 2011

FELIZ SEGUNDO


Hace tiempo que dejé de creer. Es triste pero es así de verdad, y lo peor de todo es que el hecho es tan inamovible como el color de mis ojos o la tonalidad de mi pelo, por muchos experimentos en los que me empeñe en alguna tarde aburrida. Como tal, he tenido que hacerme a la idea de que hace tiempo que pasó la edad en la que pensaba que los hados, la religión o la suerte, intervenían en la cocción lenta y artesana de la salsa de mi vida.
Evidentemente eso no ocurrió un día así como si nada. No me desperté una mañana con la sensación de haber soñado, ni con la ligera intuición de que algo me había sido rebelado desde un púlpito imaginario. Supongo que fue el paso del tiempo y la decepción de quien espera un milagro, lo que hizo que se fuera infiltrando entre los poros de la piel, una sensación pastosa y cruel de que las cosas sólo se consiguen por el camino del esfuerzo y por una antigua senda de rastrojos, donde es fácil perder la piel.
Pero fíjate que llega esta fecha en que el año se despide y hay algo en mí que se conmueve. Es un sentimiento que no entiendo, pero releo los post anteriores donde os felicitaba y me encuentro escribiendo sobre la misma sensación. Probablemente es una chispa que debe llevar escondida mucho tiempo en un lugar del corazón, tanto que no le ha sido posible a la madurez o al calendario, azuzarla con la vara de la desesperanza.
Y es que es curioso que mi mente racional que me insiste una y otra vez en que no hay nada más que lo que uno es, parece que se rinde ante mi parte sentimental, justo el momento necesario para que esa frontera entre el año que se va y el que viene, esa pequeñísima porción de tiempo entre el último latido que se esfuma y el primer llanto que llega, me pregunte a mí misma por qué no va a ser verdad, por qué no voy a tener la oportunidad de que el nuevo almanaque traiga con él una felicidad que no sé en qué consiste, pero que siempre espero.
Suena la penúltima campanada, me tomo (cuando consigo acompasar el tiempo) la penúltima uva, y en ese momento siento el crujido. Es un sonido que viene de dentro, de lo más profundo de la infancia encontrada o de la juventud perdida, del tiempo ancestral en que era fácil creer porque era fácil ser niña. Y entonces me sorprendo a mí misma rezando de alguna manera a no sé qué sueño o qué demiurgo extraño, pidiéndole  a la esperanza que no me desampare ante lo que tenga que venir,  y musitándole al tiempo que se cuela entre burbujas, que ruegue por mi gente a la salud y que vele cada día ante el altar del dios de los deseos no cumplidos.
Dura justo un segundo pero es espectacular. Tarda en pasar por mi existencia lo mismo que un pestañeo o una sonrisa, pero me llena de vida. Viene y se va en el espacio justo en que es difícil apreciarlo por el fondo de pantalla que acompaña ese espacio de locura, pero yo sé que está ahí a pesar del ruido, yo lo siento crepitar desde el fondo acolchado de un órgano que sólo se siente pero al que todavía nadie ha visto.
Por eso estoy aquí hoy, para pediros que os dejéis llevar por aquello que no vemos. Para animaros a olvidar abiertos los oídos del sentimiento y escuchar el sonido que produce dentro del cuerpo aquello en lo que cada uno cree. Tengo la sensación de que hay que estrenar la ilusión con los brazos abiertos, los sentidos despiertos y la necesidad, loca, absurda y extraña de creer en la magia.
Feliz segundo, feliz año.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Y LLEGA NAVIDAD

Parece que fue ayer cuando me senté dispuesta a felicitaros la Navidad y un próspero 2011 y ya estamos de nuevo aquí. Como manda la tradición familiar, mis pequeñajos de nuevo se han atrevido con un villancico. Un año más, ellos han vuelto a poner el corazón y Josema ( el músico de la familia) la paciencia para hacer algo quizás no muy artístico pero sí muy emocionante. Y es que no puede haber mejor Navidad que la que se siente siendo un niño.
Parece mentira pero crecen. Este año Dani el travieso, que ya tiene cuatro, ha sido capaz de cantar una estrofa. Esa se la dedicamos, por el ceceo de su paleta mellada, a todos los Durán Lleida y Artur Mas del mundo para que sepan que Andalucía es mucho más que un acento. Carlitos cuando vió el micro, decidió pedirle directamente a los Reyes eso que le hace ilusión, un marciano verde pero que sea malo y demostró que villancico, villancico, a él el que le gusta es "dulce, dulce Navidad".
Los mayores parece que van entonando, aunque hay alguno ya como mi hijo que empiezan a situarse en el límite de la edad del pavo, y se les hace cuesta arriba la ñoñería de los chicos y la risa floja de los papás.
Para mí particularmente, sigue siendo una gozada el rato que echamos con ésto. Espero que lo disfrutéis y que todos nos contagiemos de la inocencia, de la sana alegría de vivir y de esa sensación antigua de que todo está controlado, de que hay alguien que nos cuida y una magia especial, puesta en el mundo en que vivimos para hacernos feliz.
Que paséis unos días maravillosos. Feliz Navidad.





domingo, 18 de diciembre de 2011

ENTRETENIMIENTO

No sé si habréis visto alguna vez este tipo de pintura. En este caso se trata de un pintor británico, Julian Beever (no creo que le toque nada al famoso Justin) que hace estas maravillas en 3D pintadas en el suelo de cualquier calle. Hay veces que es difícil distinguir la ficción de la realidad. A mí me encantan.




jueves, 15 de diciembre de 2011

FELICITACIÓN


Aquí os dejo mi último entretenimiento en Photoshop. Es mi postal de Navidad para un grupo de amigos que se me han hecho indispensable: mi pandilla de internet. Un beso.

lunes, 12 de diciembre de 2011

LA FÓRMULA


Parece que la Navidad anda instaurándose ya en cada casa. Tengo la sensación de que todos los años ocurre lo mismo. Intentas hacerte la remolona, como si no fuera contigo, y te sorprendes de la velocidad a la que los demás adoptan la fiesta, como si hubiera que bebérsela de un sorbo en cuanto comienza noviembre. Pero luego llega el puente de diciembre, comienzan los anuncios de perfumes y parece como si de repente se instalaran en tus sentidos el aroma de pestiños y el sonar de campanillas. Y a partir de ahí, empieza todo. Te entra la prisa por “encargar” los regalos, haces el esfuerzo de bajar el arbolito de marras de ese sitio inalcanzable donde estaba y empiezas a darte cuenta de que para ciertas cuestiones sí que vas ya un poquito tarde o te has quedado un “muchito” desfasada. Me refiero sobre todo al tema de los juguetes.
Supongo que como en otras muchas cosas que nos vemos obligados a hacer enmarcados por una fecha concreta, somos demasiados queriendo lo mismo y las empresas con sus publicistas que son las personas más listas del mundo, juegan con nosotros hasta el punto de convertirnos en muñecos alienados con una única misión en la vida: comprar lo que nos ofrecen.
Si a esta fórmula mágica de Navidad+Regalos+Publicidad2 se le añade la ilusión de mamá elevada al cubo para que el niño tenga por un día todos sus deseos, nos encontramos, como resultado detrás del igual, madres locas corriendo por los supermercados y pidiendo a páginas de Internet del Reino Unido, las últimas muñecas de moda.
Todos los años desde que tengo hijos ha ocurrido con algo. Siempre hay un juguete concreto, normalmente el más popular, que no hay manera de encontrar por ningún sitio. Yo no sé si la culpa será de esa gente previsora que he oído decir que empiezan a comprar en agosto, habilidad que siempre me ha sorprendido, sobre todo porque mis hijos, hasta última hora, una vez vistos los anuncios y sabido y contrastado lo que pide su amigo del alma, nunca han tenido claro cual iba a ser su elección. Puede que ni siquiera sea eso, tal vez, hoy me siento teórica de la conspiración, todo sea producto del marketing brutal del que somos pobres víctimas en manos de unos despiadados verdugos.
Este año ha pasado con unas muñecas horrorosas que son la ilusión de todas las niñas. No pongo nombre porque me da rabia hacerles publicidad, pero son una especie de engendro entre la Barbie de los modelitos y la moda del Halloween de las narices que ya sabía yo que no arrastraría nada bueno.
Una de mis sobrinas, la que está justo en la edad, ha pedido la muñequita. Pero es que encima, por si no fuera poco ya el hecho de que no hay forma de encontrarlas, se da el caso de que son varias muñecas, y a su vez cada una de ellas vestida recreando diversos momentos de su ajetreadas vidas: las hay en pijama, de fiesta….que sé yo, así que antes de lanzarse a la carrera de la búsqueda por los centros comerciales, hay que hacer un master para que luego no pase eso de: ésta no es la que yo quería, frase lapidaria donde las haya que le arruina el día seis al más pintado.
Así que yo que por desgracia tengo libres las mañanas ando al quite, espiando las conversaciones de la puerta del colegio (léase Cuartel General de la CIA) donde llega fresquita la información de una posible remesa de muñecas monstruos.
Hace poco di con un informe secreto según el cual ese día, en el Carrefour de mi localidad, habría una entrega mañanera. Isofacto llamé a mi cuñado-cómplice y nos fuimos al super. Llegamos a las 9:59 hora zulú. Pensamos que íbamos bien pues el establecimiento abre a las 10:00. Pero cual fue nuestra sorpresa cuando vimos que las puertas habían sido abiertas unos minutos antes (esto nos hizo sospechar de algún chivatazo) y que ya se había desarrollado una batalla campal por coger las pobres existencias que llegaron, en la que tuvo que intervenir un guarda de seguridad y en cuyo fragor un padre torpón había sido revoleado por el suelo, mientras se producía la carrera a empujones de aquellas madres coraje.
Menos mal que existe Internet y esto nos abre puertas al mundo. La que más y la que menos al parecer se ha puesto las pilas y ya ha pedido la muñequita a Gran Bretaña e incluso a Estados Unidos. El otro día me tocó ir de cumple y una de las madres me contaba orgullosa que ya había recibido el pedido. Hombre, lo único malo es que el cd que trae viene en inglés, me decía contrariada…no sé yo la niña…pero, mira ¿sabes que te digo? Que así aprende idiomas.
Ay, por Dios, qué complicada es la vida.

jueves, 8 de diciembre de 2011

ENTRETENIMIENTO

Hoy no es fin de semana, ya lo sé...je, je, pero como es fiesta y la semanita está resultando algo rara, os dejo un entretenimiento por si os sentís aburridos en este día extraño.
Ayer mi hija, que se conoce toda la red al dedillo (para eso es una adolescente de su época) me recomendó esta página. Se llama google gravity y la verdad es que entretiene un ratillo y además al menos para mí tiene algo de antiestrés. Probad a hacer una búsqueda, una vez escrita le dais al botón intro y jugad a arrastrar con el botón izquierdo del ratón. Es por lo menos curioso.
Un besote.

http://mrdoob.com/projects/chromeexperiments/google_gravity/
Si no funcionara el enlace sólo tenéis que poner en google: google gravity y sale.


martes, 6 de diciembre de 2011

EL DIA DE LA CONSTITUCIÓN


Hoy he visto a mi hijo hacer unas actividades para el cole sobre el día de La Constitución. Y escuchándolo hablar de deberes y derechos he tenido, no sé por qué, la sensación de que este año algo ha cambiado.
Supongo que como en todo en la vida, los momentos de crisis y penurias económicas hacen que la gente se replantee cosas que antes se daban por bien hechas o bien adquiridas y que en cambio ahora, no sé si por el estado continuo de melancolía en la que Europa nos tiene imbuidos, me han hecho ver a nuestra Constitución ojerosa, ajada y tocada mortalmente en algunos puntos que yo creo fundamentales en la esencia de su creación.
Hubiera sido impensable por ejemplo, hace apenas unos años, que hubiera un clima tan hostil hacia la monarquía. Nuestro Rey, al que aceptamos en un ejercicio de conciliación política para hacer más fácil el paso de un sistema a otro, tenía ganado un respeto que él mismo se labró, aceptando el papel que se le daba y accediendo a representar a la España que el pueblo elegía democráticamente en las urnas. Hoy nos enfrentamos a una monarquía que parece que se desvirtúa a medida que Juan Carlos se hace mayor, y la familia “supuestamente” (esto queda muy bien en la tele), multiplica los dispendios y las apropiaciones indebidas en nombre de la Casa Real.
Esa norma legal, tan estudiada y tan protegida de los cambios bruscos, tan custodiada de los vaivenes ideológicos de las distintas formaciones que pueden gobernar, ha sido cambiada y retocada estructuralmente en dos días, en nombre de mercados económicos que nos son ajenos.
La Historia más reciente de España, a la que dimos carpetazo con una generosidad desmesurada por parte de los sectores de izquierda, sin juicios por crímenes de guerra y sin atender a reclamos de la parte vencida, esa Historia nos explota ahora en la cara, tal vez porque ha llegado el momento de la madurez suficiente para prender la mecha o quizás empujada por un débito antiguo que esa izquierda, regida por el partido socialista que gobernaba, sentía con los suyos. La Ley de Memoria Histórica, el Valle de los Caídos, las dos España de nuevo, cabalgando por aquí.
El derecho al trabajo, ese pobre argumento ha quedado travestido en un “ojalá tengamos trabajo” que es a lo máximo que puede aspirar a decir un político serio, porque la posibilidad de cumplir ese precepto ha dejado de estar en nuestras manos.
El derecho a la vivienda digna, ese está siendo vulnerado cada día con políticas favorables a los Bancos, que en su favor han hecho del desahucio el pan que nos comemos, con las noticias, cada día.
Y por encima de nuestras normas cuidadosamente elaboradas, por encima del juego que propusieron denominado democracia, se ha instaurado un movimiento de indignación y de pundonor que ruge en las calles y que no hace más que decirnos en voz alta, que esta Constitución nuestra con la que creíamos crecer seguros, se ha convertido en papel mojado en manos de unos tecnócratas ambiciosos, que deciden desde su sede en Bruselas quien debe gobernar o a quien proporcionar jaque mate en una jugada maestra.
¿Qué nos queda? Nos queda una bandera que parece que sólo nos representa a todos cuando juega Rafa.  Nos queda un macro puente con el que inaugurar diciembre. ¡Ah! sí y un himno, una música sin letra que tarareamos juntos cuando mete un gol Iniesta. 
Qué pena me da.

viernes, 2 de diciembre de 2011

ENTRETENIMIENTO

Parece que la Navidad ha dado ya su pistoletazo de salida más comercial y sanguinario. La publicidad ha tomado como cada año las calles, los periódicos y los buzones para recordarnos, una vez más, que la ilusión prefabricada está ya ahí a la vuelta de la esquina y que queramos o no, con tópicos o sin ellos, es ilusión al fin y al cabo y estamos todos deseosos de ella.
Os propongo, como entretenimiento, recordar alguno de los anuncios o alguna de esas músicas que año tras año  han estado encargados de abrir la veda de las compras, de las prisas y también, por qué no de la nostalgia.
Yo propongo esta canción de un grupo inglés "The New Seekers", que durante mucho tiempo y de mano de la Coca Cola, era la confirmación definitiva de que la alfombra roja estaba preparada y en el corazón que era joven y dispuesto, se instalaba la alegría.
Si me proponéis algún otro, dejadme en el comentario el enlace y los colocaré en vuestro nombre.
Buen fin de semana de diciembre






El Almendro vuelve a casa en Navidad, el anuncio lacrimógeno de Geli

 Las muñecas de famosa, en especial para Juan  
El anuncio de Mónica:
 
Este de Renfe que nos deja Juan es muy bonito y yo no lo recordaba:
 Y bueno, el de Encarni me recuerda al romanticismo bobalicón propio de la edad...ja,ja
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