domingo, 27 de junio de 2010

LA CULPA LA TUVO SARA

Siguiendo el hilo del mundial que está dando mucho juego, tengo que reconocer que si hay algo que realmente me molesta de las derrotas de nuestra selección es tener que oir durante el partido y en las miles de crónicas del día después, las excusas surrealistas que inventan los entendidos, los de verdad, los que cobran, para justificar lo injustificable y volver a colgar en el altar de las figuras, la imagen maltrecha de aquellos que se quedaron en un puedo pero no quiero.
De todas las razones absurdas que he oido a lo largo de mi vida como personal sufridor del fútbol patrio, hay una que destaca entre todo el elenco. Este año, al perder contra Suiza, no ha bastado con decir que tienen mala suerte o que les afecta la presión atmosférica de la zona geodésica en la que se juega, chorradas con las que el comentarista va distrayendo la estupefacción y la cara de haba que se nos queda cuando vemos a los muchachos dejar pasar un partido. La cosa esta vez va más allá y hay una panda de graciosos, gente curiosamente de mucho prestigio en sus foros, que han decidido cargar las tintas sobre una periodista deportiva, al parecer pareja actual de Iker Casillas.
La chica, que tiene que situarse detrás de la portería de los nuestros porque así lo manda la FIFA, ha sido miel sobre hojuelas para una partida de cotillas de pueblo a los que no les pega para nada la actitud ni el comentario, cuando salen trajeados y circunspectos a analizar esa falta tan técnica que el linier no apreció y curiosamente, lo que me hace más gracia es que "la mari de mercadillo" que se lleva el premio al mejor comentario, sea en este caso el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, un señor muy de bigote y barba que en la misma rueda de prensa donde calificó de vergüenza que Sara Carbonero ocupara un lugar junto a la portería, lamentaba y se quedaba tan pancho que el ascenso de las mujeres a puestos importantes en los medios de comunicación sea muy lento.
¿Cómo van a estar las mujeres en puestos importantes si usted, señor Urbaneja, las está vetando por una razón que pertenece a la parte más privada de su vida personal? ¿ Por qué no es Iker el que no debería de haber ido por estar ella trabajando allí ?
Creo que a este profesional de la información, o le falta profesionalidad o le falta información.
Y si alguien, lógicamente por conocer la trayectoria amarillista de Tele 5, tiende a ponerse del lado del de las barbas, hay que recordarle que en la pasada Eurocopa, Sara, la "mata-hari" de los ojos claros, retransmitía sin ser la novia de nadie desde el mismo lado del campo.
Sólo soy capaz de añadir que un medio tan masivo como la televisión debería tener más cuidado con los mensajes que lanza, que ya no tienen gracia algunos tipos de chistes y que si la envidia fuera tiña, España estaría llena de calvos.

martes, 22 de junio de 2010

FIN DE CURSO

Si hay algo que le guste a un padre es ver a su retoño bailar en la fiesta de fin de curso.
Esa sensación de observarlos en el escenario paseando el disfraz de animalito, chulapo o bailarina, hace que el orgullo se crezca por dentro y afloren todos los sentimientos de ternura a los que cuesta mantener a raya para que no te traicione la lágrima.
Ver a la madre que te toca al lado, seguramente una magnífica profesional de lo suyo, moviéndose al ritmo de la canción y repitiendo como en un eco cada una de las estrofas de la letrilla, te hace sentir menos ridícula cuando reconoces que tú también te la sabes y que el propio bamboleo de tu cuerpo no pierde el compás con el de tu vecina de evento.
Luego al día siguiente, alguien te enseña un vídeo y es cuando te das cuenta de lo ridículo que estaba tu bailecito y de lo arrítmico del movimiento. Pero en ese momento no. En esos minutos que dura la actuación, en lo único que puedes pensar es en los ojillos que te buscan a través de la gente, esperando la sonrisa de admiración y el saludo que les dejará grabado en el álbum de la memoria que aquel día tú estabas allí, deseando estallar en un aplauso y rivalizando con las demás porque el tuyo es sin duda el más guapo, el que mejor baila, vamos, el perfecto.
Yo que soy muy de analizar las cosas, pienso que en el fondo el teatrillo del colegio se corresponde de alguna manera con el enorme escenario de la vida y que si algo tiene el momento de intenso es debido a que en la parte del corazón en la que se cuecen los temores, los padres sabemos que ese es el papel que tendremos que jugar siempre. Estaremos allí, apoyando, cosiendo la ropa para la actuación y animando con los poros de la piel si es necesario, pero todos tenemos la certeza de que una vez subidos al escenario, serán ellos los únicos responsables del tropiezo, de la risa o del aplauso.
Hoy es el día de ver las fotos y agradecer: a la seño que se curró el trabajo como cada año, a la familia que vino a aplaudir como loca y a mi niño que me hizo disfrutar de su risa.
Sé que esta vez me puse sentimental y no quiero convertirlo en costumbre, pero a tí, a ese que sonríe pensando en la exageración del sentimiento quiero decirte que algún día te tocará y te acordarás de mis palabras cuando despiertes en el patio de un colegio, bailando las canciones de Travolta o cantando, a voz en grito y en un tono desaforado aquella canción tan bonita que dice: "Un día Noé a la selva fue..."
Así es la vida.

viernes, 18 de junio de 2010

EL COLOR DE LA DECEPCIÓN

He oído decir que los colores reflejan el sentimiento y el estado de ánimo del ser humano. De hecho la publicidad lo sabe y se aprovecha para captar con la fuerza de la imagen, el significado de esas mil palabras olvidadas en la dejadez estudiada de un gesto.
El gris es el color de la tristeza, es verdad. Todos por desgracia hemos sentido alguna vez esa sensación plomiza que se apodera del alma en el minuto en que el mundo se congela y el calor del sol no brilla.
El verde tiene sabor a la esperanza. Debe ser porque la naturaleza que es la vida, nos cuenta cada primavera que el ciclo es eterno y que detrás del invierno siempre llega, aunque a veces cueste vislumbrar el horizonte, el despertar del aroma de las flores y el esplendor del bosque de los cuentos.
El blanco envolverá para siempre la inocencia y encalará las paredes de mi tierra para aliarnos con el sol del mediodía y devolvernos cada tarde a la pureza.
Yo quisiera vestirme para siempre del naranja alegre de la fiesta, aunque sé que me cuesta despejarme del azul que le dejó al corazón la profundidad del mar y será siempre el que me dé la confianza.
Pero ...cuál es ¿lo habéis pensado alguna vez? el color de la decepción. Ese que hemos visto a menudo en la cara de la gente y en la nuestra cuando el sueño que esperábamos no llega. Es el gesto del día 6, cuando tu Melchor particular no acertó con el regalo aunque pasaste la Navidad haciendo elocuentes comentarios sobre lo que deseabas. Es la mueca del vecino del primero que piensa que voy a dejarle el aparcamiento, cuando sólo he bajado a buscar la chaqueta que olvidé. Es el rostro de mi España aquella tarde en que los millonarios del balón terminaron el partido sin pegar un palo al agua.
Esta claro que hace dos días el color de la decepción fue el rojo. Se quedó en un burdeos apagado como mustio y se llevó en un rato consigo el mito de la pasión y la leyenda.
En fín, lo que parece que está claro es que el arco iris se nos ha puesto de huelga y se ha dado la vuelta. Pero ya está bien, yo creo que es hora de ponernos las pilas, de agarrar con fuerza el pincel corrector de las imperfecciones de la vida y salir a dibujar de nuevo el frescor de las mañanas. Y ésto no sé cómo se hace pero tenemos que hacerlo.
Ahora, eso sí, de postre melón. Voy a tardar una década en volver al petit suisse (suizo se entiende).

sábado, 12 de junio de 2010

EL MUNDIAL

Ayer empezó el mundial.
La verdad es que yo, en principio, ni frío ni calor. Miro y remiro la frase y reconozco que a primera vista, el fútbol no es un deporte que provoque en mí sensaciones. Si acaso me trae recuerdos de cuando mi padre, aficionado de toda la vida, me "cazaba" al pasar por el salón y me retenía con un comentario de esos de: ¡ cómo juega el delantero este ! con el que los futboleros de pro inician una conversación con el que tienen en frente para poder compartir esa pasión que les desborda.
En esos casos yo me quedaba al menos un rato escuchando aquellas disertaciones que mi padre me hacía sobre técnicas del juego, las habilidades innatas de tal o cual jugador o, como no, sobre la mala idea reconcentrada de algún árbitro "malaje" que de siempre la tenía tomada con su equipo.
También es verdad que en esos casos a mí me gustaba escuchar porque siempre me ha apasionado oir hablar a alguien cuando sé de buena tinta que sabe de lo que habla y que puede aportarme una parte de su sapiencia. Pero nunca consiguió el hombre, a pesar de que lo intentaba, que yo me quedase con la idea clara de lo que es un corner, un penalty o no digamos ya aquello del fuera de juego, galimatías impresionante que todavía sigo sin asimilar como eso del número pi de Matemáticas o la mayoría de las fórmulas de la Física.
Pero bueno, sí que es verdad que esto de la selección tiene algo de mágico que hace que al final, si la cosa va bien y van llegando los buenos resultados, me enganche y me encuentre sentada con la familia para ver jugar a la roja.
Es curioso pero igual que yo sé que hay mucha gente a la que no le gusta ni entiende el deporte que se sienta frente a la tele, con todo el ritual de las banderas para ver jugar "al España".
Supongo que debe ser la sensación de saber que durante dos tiempo de 45, aquellas figuras que se mueven por la pantalla están representando a esta España a la que cada día criticamos, de la que a veces abjuramos pero que en definitiva somos nosotros mismos porque es nuestro país, es nuestro trocito de Planeta y nos ha costado muchos años y mucho esfuerzo ser lo que somos.
Espero que todo salga bien, que nos traigamos la copa y que al menos durante el tiempo que dure cada partido, nos sintamos unidos por esa bandera que representa una fórma única y diferente de ver el mundo.
Que el fútbol reparta suerte.

lunes, 7 de junio de 2010

LA CULTURA MADE IN USA

Seguramente aquel que inventó ese dicho de que la realidad puede superar a la ficción acababa de regresar de un viaje, corto pero intenso por los Estados Unidos, país de ficción como el que más en el que la realidad de la gente parece estar disfrazada cada día con ese atrezo de cine fantástico que tanto les gusta y que tan bien reflejan en sus estrenos de Hollywood.
USA: el lugar que domina al mundo pero que tiene a la mayoría de su población sin sanidad pública (menos mal que ha llegado Obama), la nación que cuenta con los avances tecnológicos de última generación, pero que tiene un nivel cultural tan ínfimo que ni siquiera un director de cine mundialmente reconocido sabe distinguir entre España y Méjico para recrear cualquier escena.
Algunas veces leo noticias de este lado del mundo que rellenan esos espacios de los periódicos que se dejan para el esperpento, para hacernos sonreír un poco después de digerir el disgusto diario de la crisis perpetua.
Últimamente he atesorado dos que reconozco han conmocionado mi pobre intelecto de pueblerina y han malherido para siempre el concepto antiguo de cultura que me había confeccionado con el paso de los años.
La primera y como diría un castizo “en la frente”, es aquello de que en Las Vegas, ciudad extraña donde conviven a una la Torre Eiffel con una pirámide de Egipto, han decidido hacer un museo. Y claro, digo yo que después de devanarse los sesos pensando qué puede haber de propio en el parque temático del bingo, hay dos listos a los que se les ha ocurrido una idea: la Mafia. Y ahora hay un “pique” que está llenando de hojas los noticiarios. Por una parte el alcalde (que por cierto fue un famoso abogado de mafiosos) ha inventado un museo donde se cuenta la relación de la organización con el FBI que la perseguía. Y por otra, una de las familias de “la cosa nostra” ha organizado otra exposición permanente para contar desde dentro lo que significaba pertenecer a una de aquellas simpáticas bandas.
La idea es original, no cabe duda, aunque alguien debería explicarles a estos benefactores de la historia que detrás de la imagen de Marlon Brando o Robert de Niro, se esconden crímenes, extorsiones y todo tipo de actos horribles que aterrorizaron durante décadas a un pueblo.
Pero la siguiente noticia es peor, esa sí que es digna de pinchar y no encontrar ni gota. Al parecer los americanos hicieron una encuesta popular para dotar a la Catedral Nacional de Washington de una gárgola que le faltaba. Se trataba de elegir un personaje o ser mitológico que se lo mereciera. Ganó la cabeza, con su casco, de Darth Vader.
Yo no hago más que pensar que trasladando este despropósito a España, sería como si aquí montáramos de forma oficial un museo del terrorismo o si la catedral de Santiago fuera coronada, en un acto circense, con la cabeza de Mortadelo. Demencial.

jueves, 3 de junio de 2010

¿NOS ESTAMOS DESHUMANIZANDO?

Recuerdo que mi madre nos contaba de pequeños historias que habían ocurrido en mi ciudad y que a ella la habían marcado para siempre. Algunos eran sucesos terribles como el del bebé que amaneció una mañana en un vertedero o el del incendio que destruyó un asentamiento de chabolas entero, historias que volvían a mí en las sombras inquietas de la madrugada y que ella contaba todavía estremecida por el impacto a pesar de los años pero con la naturalidad con la que las madres contaban relatos de miedo, antes de que las tertulias televisivas y los psicólogos-presentadores empezaran a hacernos sentir culpables a los padres de la inconsciencia o la "mala baba" que traen inherentes algunos hijos.
En esa época que recreaba mi madre la televisión prácticamente no se conocía, al menos en este lugar del mundo y a parte de aquellos programas de radio con las dedicatorias cantadas, cada cual se emocionaba o se indignaba con el incidente ocurrido a algún vecino cercano.
Ahora las desgracias son tan públicas que basta solamente con desconectar un segundo de tus propios pensamientos para que te llegue a través de los "miles" de canales de comunicación que nos bombardean a diario la realidad cruda, imponente y brutal de seres humanos que viven y mueren en un mundo que la mayoría de los espectadores no conocemos y al que nos sentimos muy afortunados de no conocer.
Me preguntaba un contertulio del blog: ¿nos estamos deshumanizando?
Pues yo espero y confío en que no sea así. Y de hecho creo que no lo es. Mi barómetro que está basado en la gente de mi alrededor con la que hablo a diario, me dice que hay mucha impotencia y mucho llanto contenido en el ciudadano de a pie que asiste cada día a las maldades contadas en directo. Lo que ocurre es que el bombardeo es tan masivo que tenemos que seleccionar, para no volvernos locos, aquello por lo que es posible luchar y eso otro por lo que no podemos hacer nada, sólo confiar en que los hombres poderosos se sienten algún día a decidir arreglarlo.
Colaborar mandando ayuda para un desastre natural mueve a la gente que realmente está deseosa de tener la oportunidad de hacer notar su buena voluntad hacia el prójimo, pero es difícil moverse por solucionar un conflicto armado o el hambre legendaria de un pueblo.
Es verdad que a veces yo misma he cambiado de canal para hacer oido sordo al sufrimiento pero en el fondo no ha sido porque sea menos humana o no tenga sentimientos, casi siempre es porque he llegado a sentir vergüenza de convertirme en la espectadora macabra de una muerte anunciada para la que no encuentro el remedio.
Precisamente de esa humanidad de muchos es de donde sale la deshumanización de unos pocos que ven abierto el resquicio del negocio y el momento de hacer fortuna con la buena fe de la gente.
Estimado Ulric80, este tema fue propuesto por tí y desde este momento, tienes la palabra...

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